miércoles, 7 de septiembre de 2011

Luchar

Hola a todos.

No sé que poner... quién me conoce sabe que tengo un familiar muy enfermo. Tiene leucemia... y no sé que va a pasar...

Esta es una de esas historias que ni quieres escuchar, ni quieres contarla. Es terrorífico perder a alguien, pero estar continuamente esperando que no se vaya, agota física y psíquicamente.

Cuando oímos hablar de cáncer, quimioterapia, radioterapia, y los distintos tratamientos alternativos, la mayoría no sabemos ni qué es, ni cómo funciona, etc, y seamos sinceros, tampoco queremos saberlo. Es más, cuando algún allegado nos cuenta algún caso, mentalmente cruzamos los dedos para que no nos pase, para que no caigamos nadie en este tipo de enfermedades, ni que lo haga algún ser querido. Es lógico, es una enfermedad devastadora. 

Pues bien, mi familia ha tenido la desgracia de contar con casos, primero fue mi abuela, y el desenlace fue buenísimo. Seguimos contando con su presencia, nos alegra el día cuando la vemos y seguimos disfrutando de su risa. El siguiente caso, y aunque a alguien le parezca estúpido, para mi no lo es, fue mi perro. Sí, los animales también padecen cáncer. Vi como poco a poco su cuerpo se hinchaba y cómo le costaba cada vez más algo tan simple como respirar. Le sacrificamos. Era inhumano hacerle sufrir más. Y ahora mi sobrino. Él tiene leucemia, y no voy a explicar nada de su enfermedad, porque evito informarme en demasía. 

Mi sobrino tiene un añito, en enero debería cumplir los 2. Lleva enfermo prácticamente desde que nació. Siempre con fiebre. El verano pasado en unas vacaciones, mi hermana vio que el niño no estaba muy bien y fueron para Madrid a que le viese su médico. La pesadilla comenzó cuando su médico les mandó a la planta de oncología. Realmente la palabra pesadilla se queda corta.

Hubo muchas pruebas, mucha espera, muchos nervios, ansiedad. Hasta que desde el hospital localizaron a mi hermana para pedirle que por favor fuese al día siguiente lo antes posible, adelantando así un día la consulta. Cuando un médico te pide que vayas antes quedando tan sólo 24 horas, no puedes esperar nada, aunque nos queramos engañar, siempre esperas lo peor.

Efectivamente, nos confirmaron que mi sobrino tenía cancer. Exactamente el 21 de septiembre del año pasado. Hay fechas que no se pueden olvidar en la vida.

Cuando se recuperó de la primera quimio, nos dijeron que no encontraban rastro de la enfermedad. Sinceramente, fui incapaz de creerlo. Me sentí mal conmigo misma por no hacerlo, como si esperase que el niño sufriera o algo así. Pero es que yo tenía razón.

Alos pocos días, le salió un bulto en la cabeza y una roncha en la patilla derecha. Cuando lo vi me quedé paralizada. No quería decir nada, no quería alarmar a nadie. Recuerdo perfectamente a mi hermana preguntarme si lo que le miraba era el bulto. Se trataba de otra tipología de leucemia. Hay varias dependiendo de cómo se desarrolla y de la gravedad.

Volvimos a la lucha, incansables, esto había que superarlo. Mandábamos energías, ánimos y todo lo que estuviese en nuestras manos, para ayudar tanto a él como a sus padres. 

Nos llegó una buena noticia. Teníamos médula, y se estimaba su transplante para septiembre. Parecía que la pesadilla iba a terminar, pero no ha hecho más que comenzar.

Antes de ayer se le trasladó al hospital donde se le iba a hacer el trasplante. Incluso nos dieron fecha de operación. 21 de septiembre, poético ¿verdad?. Pues ayer hicieron una prueba de médula. Tiene la peor tipología de leucemia que existe. Nada más terminar el ciclo de quimioterapia se regenera sin dar tregua al organismo. Hemos perdido la médula. Pues la única forma de hacerlo es operarle inmediatamente después del ciclo. Y su médula venía de Alemania. 

Ahora nuestra única esperanza es una médula que no es del todo compatible con la suya.
La peor sensación es la de ver que los médicos prácticamente han perdido las esperanza. Si ellos no la tienen, ¿cómo podemos tenerla nosotros?.

Besotes


2 comentarios:

  1. Me está costando mirar a través de las lágrimas que me salen por tus palabras, por la situación y por todo lo que estáis viviendo. Y no puedo decirte mas de lo que ya te he dicho. Hay que ser fuerte como lo está siendo tu sobrino. Un abrazo muy grande.

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  2. Sí, él es un luchador y saldrá adelante, porque quiere vivir y quiere jugar. Él es mi ejemplo. y seré fuerte y luchadora por él, porque él merece que su tía sea fuerte.

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